Arte y fe · La Marina

CONOCE LA HISTORIA DE NUESTRO TEMPLO

Querido visitante, bienvenido a la ciudad de Hondarribia y a su iglesia dedicada a Santa María Magdalena, popularmente conocida como la “Iglesia de La Marina”. Este templo fue levantado gracias a la profunda fe y gran devoción del pueblo de Hondarribia, tanto de sus clases pudientes como de las gentes del mar. Desde su edificación ha sido visitada por innumerables viajeros, comerciantes y peregrinos que rumbo a Compostela encontraron en ella momentos de paz, recogimiento y oración. En 2023 se conmemorará su centenario.

Durante mucho tiempo, Hondarribia tuvo dos zonas muy diferenciadas de población. Por una parte, la que vivía dentro del recinto amurallado donde se concentraba el comercio, las administraciones civil, militar y religiosa, las casas nobles, sujetos todos a unos estrictos horarios de apertura y cierre de las puertas de la “ciudad”. Por otra parte y fuera de él, estaban las gentes que vivían en los caseríos, población que dependía de las faenas de la pesca y que, en su mayoría, vivían en el Arrabal de la Marina, un conjunto de casas construidas en derredor de la primitiva iglesia de Santa María Magdalena que debió ser una ermita-hospital, anterior a la Parroquia de Santa María de la Asunción y del Manzano.

Con el tiempo desapareció la prohibición de construir casas de piedra fuera del recinto amurallado, se desecaron los juncales y en el terreno ganado al mar se fueron construyendo mejores viviendas. Así, el primitivo arrabal pasó a formar un barrio muy poblado. Pasados los años, a mediados del siglo XIX, los baños de mar y el turismo hicieron que surgieran villas, casinos, hoteles y que las necesidades de todo tipo aumentaran, entre ellas, dotar al barrio de una iglesia más amplia que sustituyera a la antigua que se ubicaba en el arrabal de la Magdalena.

“El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro

San Juan 20, 1

Por todo ello, en 1912 surgió por parte del pueblo el llevar a cabo “el bello ideal de construir en el populoso y elegante Barrio de la Marina una Capilla pública decente y capaz donde se dé el debido culto a Dios y se suministre al pueblo el alimento espiritual necesario” solicitando la ayuda del Ayuntamiento para solucionar “el hermoso problema de llevar una necesidad sentidísima, de fomentar el culto cristiano con el esplendor que requiere la Casa del Señor y demanda hoy el aristocrático lugar veraniego, y difundir las hermosas enseñanzas del Crucificado tan necesarias al bienestar y prosperidad de un pueblo. (…)”

El Ayuntamiento aceptó gustoso y nombró una Comisión presidida por el alcalde. La Comisión planteó tres posibles emplazamientos, pero las condiciones que imponían algunos de los propietarios de los terrenos fueron casi insalvables por lo que el proyecto quedó arrinconado.

La idea volvió a tomar fuerza en el año 1920 y en el acta del Ayuntamiento del 30 de julio se explica lo que quieren unos vecinos: “Los firmantes, propietarios unos y residentes todos durante la época de verano, en esta Ciudad de Fuenterrabia, a V.E. respetuosamente exponemos: Que nos hemos enterado con agrado de la iniciativa del Sr. Cura párroco de esta Ciudad en orden a mejorar el local destinado al Culto Católico en el barrio de la Marina (…..) por no reunir la capilla actual, ninguna de las condiciones exigidas por la decencia del Culto, por la asistencia de fieles y hasta por la higiene, precisa, a todo trance, fijarse en otro lugar más adecuado para el cumplimiento de nuestros deberes de católicos, abandonando en definitiva la actual capilla de la Magdalena.”

A raíz de ello, se pusieron en marcha diversas suscripciones populares con las que el 17 de abril de 1921, después de arduos trabajos, se colocó la primera piedra. Años después, el 22 de julio de 1923, fiesta de Santa María Magdalena, se inauguró la nueva Capilla a ella dedicada: “A las nueve horas de su mañana se procederá a la bendición de la Iglesia, a las nueve y media se trasladará procesionalmente la imagen de Santa María Magdalena desde la Capilla vieja, y a continuación tendrá lugar solemne Misa mayor, con la cual se dará por terminada la apertura del nuevo Templo.”

“Estaba María Magdalena junto al sepulcro, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, donde había estado el cuerpo de Jesús. Ellos le preguntan: «Mujer, ¿por qué lloras?». Ella les contesta: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto».

San Juan 20, 11

Después de estás pinceladas históricas sobre los orígenes del templo, te invitamos a comenzar tu visita, recorriendo pausadamente el pasillo central hacia su cabecera, mientras te vamos contando cada detalle de imágenes y vidrieras sitas en los muros laterales.

Comencemos la visita dirigiendo nuestra atención al Tríptico situado sobre las escaleras que conducen al coro. En el centro “La Sagrada Familia” y, a la derecha Santa Cándida María de Jesús, nacida Juana Josefa Cipitria y Barriola en el caserío “Berrozpe” de Andoain, el 31 de mayo de 1845. Fundó la “Congregación de las Hijas de Jesús” y fue canonizada por Benedicto XVI el 17 de octubre del 2010. Mientras, en la vidriera de la izquierda aparece otro Santo.

Seguidamente, se encuentra la efigie de San Antonio, bajo las vidrieras de San Cristóbal y San Esteban.

A continuación, sobre la imagen de Virgen del Carmen, patrona de pescadores y marineros, distinguimos las de San Roque y San José. 

Junto a la puerta lateral, se encuentra el cuadro de “La Virgen y el Niño” de Javier Sagarzazu, mientras que, sobre ellos descubrimos las vidrieras correspondientes al Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María.

Completan este lado de la Epístola, las vidrieras de dos santos vascos, San Miguel Garikoitz y San Valentín de Berrio-Otxoa, sobre la talla de San José.

Junto a la puerta que da acceso a la sacristía, se encuentra Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, imagen proveniente de la antigua ermita de Santa María Magdalena.

“Alégrense en la esperanza, muestren paciencia en el sufrimiento y perseveren en la oración”

Romanos 12, 12

A la izquierda, advertimos la majestuosa imagen de “Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús”. Con relación a esta talla, en el libro de D. Florentino Portu se puede leer que en la denominada antiguamente “Capilla de San Jerónimo” de la Parroquia, hoy día dedicada a Nuestra Señora de Guadalupe, existía un altar con tres hornacinas y diferentes imágenes:

“La imagen del Sagrado Corazón de Jesús, fue colocada en el altar de San Pedro y donde estaba aquel, la de Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús, donada por D. Mariano Ameztoy y Mayo. Este altar e imagen, se hallan en el día, en la Iglesia de Santa María Magdalena, en la Marina”.

Seguro que te ha llamado la atención la portentosa embarcación que parece flotar en este lugar. Los exvotos marineros han sido frecuentes como muestras de gratitud por las gracias concedidas y se conservan como recuerdo de tiempos pasados.

Ahora es el momento de dirigir nuestra mirada a la cabecera del templo, donde advertimos un curioso ambón en forma de proa y el altar mayor delicadamente adornado con las redes donadas por los marinos de esta ciudad.

Envolviendo la singular imagen de Santa María Magdalena, a quien esta dedicado el templo y decorando los muros del ábside, contemplamos los llamativos frescos correspondientes a la escena de La Pesca Milagrosa en el lago de Tiberíades. La figura de Jesucristo, como Señor del Universo domina el conjunto, mientras que los Apóstoles en sendas barcas, echan las redes tal como les indica su Maestro, con total confianza en su Palabra. Es una escena que representa plenamente al pueblo de Hondarribia y es reflejo de la inmensa fe de las gentes del mar, similar a la de los primeros seguidores de Jesús. La obra fue realizada en 1948 por el pintor irundarra Gaspar Montes Iturrioz.

“Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna

San Juan 3, 16

A la izquierda, entre el altar y la majestuosa Cruz enclavada en dicho muro, está ubicado el Tabernáculo, donde parece pasar desapercibido el mayor tesoro que podemos encontrar en este templo, la Presencia Eucarística del Señor en el Sagrario. Cristo vivo nos ha salvado y redimido, nos ha regalado gratuitamente la vida eterna y está siempre a nuestro lado.

Proseguimos nuestra visita, siempre según el sentido contrario al de las agujas del reloj. En estas vidrieras advertimos a Santa Catalina de Siena y Nuestra Señora del Carmen sobre un curioso relieve de Las Ánimas. En primer plano aparecen las ánimas del purgatorio en gesto de súplica, alzando su mirada hacia la Virgen que, situada en el centro de la composición, contempla a sus hijos con ternura y asiste a las almas purificadas para ascender al Cielo.

A continuación, sobre la talla del Apóstol San Pedro, se localizan las vidrieras de San Miguel Arcángel y Santa Teresa de Lisieux.

Seguidamente, sobre la imagen de San Ignacio de Loyola, patrono de Gipuzkoa y fundador de los Jesuitas, se hallan las correspondientes a dos santos franciscanos; su fundador, San Francisco de Asís, sosteniendo a Nuestro Señor en uno de sus éxtasis místicos, y San Antonio de Padua, uno de los pocos santos al que se le representa con el Niño Jesús en brazos.

En el siguiente conjunto, sobre la efigie de La Inmaculada Concepción, vemos las vidrieras de los Santos Cosme y Damián junto a la mártir Santa Lucía, patrona de la vista.

El último grupo, situado sobre la puerta de salida, se trata de un tríptico. En su centro “La Divina Pastora”, a la derecha San Miguel de Garikoitz y a la izquierda San Valentín de Berrio-Otxoa. Entre ellos, un lienzo de autor anónimo de “La Magdalena”.

Antes de abandonar el templo para seguir tu camino por tierras vascas, te invitamos a tener un rato de recogimiento y oración ante al Sagrario. Para ello, ponemos a tu disposición algunas oraciones que pueden ayudarte en estos momentos de interiorización y diversos enlaces para profundizar en la vida de los Santos.

“Jesús está vivo en medio de nosotros, Él es el mismo ayer, hoy y siempre”

ORACIÓN A SANTA MARÍA MAGDALENA

Santa María Magdalena, apóstol entre los apóstoles. Tu humildad ante Jesús y el reconocimiento de tu necesidad del Salvador Jesucristo, obró en ti el milagro de la conversión Resucitado. Ayúdanos en el camino de la conversión. Que no nos asusten nuestros pecados. Jesús es más grande que todos ellos… Tú lo experimentaste. Ayúdanos con tu intercesión. Queremos estar liberados y limpios para cantar al mundo entero las misericordias del Señor. Amén.

BENDICIÓN DE LOS PEREGRINOS

¡Oh Dios, que sacaste a tu siervo Abraham de la ciudad de Ur de los Caldeos, guardándolo en todas sus peregrinaciones, y que fuiste el guía del Pueblo hebreo a través del desierto! te pedimos que guardes a estos siervos tuyos que, por amor de tu Nombre, peregrinan a Compostela.

Sé para ellos compañero en la marcha, guía en las encrucijadas, aliento en el cansancio, defensa en los peligros, albergue en el camino, sombra en el calor, luz en la oscuridad, consuelo en sus desalientos y firmeza en sus propósitos; para que, por tu guía, lleguen incólumes al término de su camino y, enriquecidos de gracias y virtudes, vuelvan sanas y salvos a sus casas llenos de saludable y perenne alegría.

Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

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“Ahora permanecen estas tres cosas; la fe, la esperanza y la caridad. Pero la más excelente de ellas es la CARIDAD.”
(1 Cor. 13, 13)


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